Soy una mujer en la treintena que intenta asentar su carrera laboral. Desde hace varios años sueño con un mentor que laboralmente
me guíe y me enseñe todos los secretos de mi trabajo y por qué no de la vida.
Así pues y desde la decepción con mi anterior jefe busco a mi Yoda, y yo que me
considero a la altura de Obi-Wan siempre he creído que es la manera más segura
de alcanzar el éxito en mi profesión. Hasta ahora he ido sin padrino, y
sinceramente, todo me ha costado el triple que si hubiera aterrizado en un
grupo excelente que ya tuviera parte del camino recorrido.
Hace un par de años empecé en un nuevo equipo bastante
competitivo, y aunque eso me produjo un desajuste ya que tuve que adaptarme a
nuevas disciplinas pensé que era una muy buena oportunidad de relanzar mi
carrera. Mi nuevo jefe no distaba mucho de Yoda aunque solo en cuanto a
rarezas, pero aunque no era precisamente un guía espiritual pensé que si estaba
a la altura de sus exigencias por fin podría encontrar el hogar laboral que
estaba buscando. Durante estos dos años he trabajado como una loca, al igual
que hice en mi anterior equipo, y los resultados me han estado acompañado como
en la vez anterior. Estaba pletórica, mi jefe estaba contento (y así me lo
hacía saber) y yo me habría paso en este mundo de víboras con gracia y
desparpajo. El problema vino con los dichosos recortes presupuestarios, en
principio creí que no me afectarían ya que había cumplido con creces las
expectativas y estaba manteniendo a parte del equipo con mi trabajo, pero no
fue así. El director le comunicó a mi jefe que la cuerda se rompía por mi lado
y aunque él protestó en un primer momento de forma muy enérgica con el tiempo y
para mi decepción se fue haciendo a la idea. ¡Era frustrante! Mi compañero
llegaba tarde todos los días, se había pasado el año mirando a las musarañas y
él se quedaba y yo no. Os podéis imaginar lo que lloré aquel día, no lo
entendía. Por segunda vez me había hartado a trabajar obteniendo grandes
resultados y por segunda vez se prefería a un compañero de menor inteligencia y
cualidades. En mi trabajo anterior tenía claro por qué había sido, al machismo
se unía que a mi anterior jefe le encantaba que le rieran las gracias y yo, no
era una de esas. Pero esta vez ¿Por qué? Había hecho más de lo que se me había
pedido y lo había conseguido, pero aún así me quedaba en la estacada.
En mi frustración, el mal humor fue en aumento, hasta que
hoy he discutido con mi pareja. Que bla bla bla que no me apoyas, que lo paso
mal, que mira que frustración y de repente el mundo se me viene abajo al
escuchar:
“¿No has pensado que si laboralmente eres de lo mejor,
probablemente tengas un problema de actitud?”
¡Oh, Dios mío! ¿Cómo no me había dado cuenta? ¡Era eso! No
podía creerlo, he basado mi progreso laboral en la autocrítica y en escuchar
atentamente la crítica de los demás y sin embargo no se me había ocurrido que
para los demás probablemente era más cómodo estar con otras personas ¡¡que
conmigo!! Tengo que admitir que probablemente mi sinceridad no sea del gusto de
todos y que puede que en mi intento de transmitir claridad a veces sea algo
agresiva. Pero ¿qué podía hacer? Yo creyendo que era Obi-Wan y ahora resulta
que era Anakin Skywalker e iba camino del lado oscuro ¡¡noooooooooooo!!! He de
dejar claro que no soy tampoco una persona conflictiva, nunca me he peleado ni
discutido con un compañero, pero si es cierto que puedo ser demasiado directa.
¿Y ahora qué? ¿Puedo o debo cambiar mi forma de ser? ¿Hasta qué punto es
necesaria la parte social en un trabajo técnico? ¿Esto me pasaría en un país
anglosajón?
No sé estoy hecha un lío, así que he quedado esta semana con
una antigua compañera para preguntárselo directamente. ¿Debo reeducarme si
quiero tener una carrera en este país?